Se intuía un partido difícil para la ONG, con tan solo cinco jugadores de campo disponible (uno de ellos, Lillo, entre algodones) y con la tendencia negativa de principios de este 2012. Todo ello salpicado por las declaraciones del entrenador de Pulidos, Gabi, que en su repaso de la jornada anterior, en la página de Alicatados Rogu, recordaba a los jugadores de ONG “que cuando algo no os gusta a vuestro alrededor podéis cambiarlo; no sois arboles”. Unas declaraciones ambiguas y que no se han llegado a interpretar del todo.
La goleada del Pulidos Anabril, que se consolida en la zona cómoda de la tabla, y encadena su cuarta victoria, estuvo cimentada por unos primeros minutos de superioridad latente. Con todo, la ONG aprovechaba las indecisiones y a base de contraataques consiguió llegar con peligro en un par de ocasiones. En ese intercambio tenían que jugar sus bazas los de Coro, a sabiendas de que en el banquillo había un solo relevo, y no podían lanzarse a tumba abierta; el juego lento y pegajoso les beneficiaría.
Sin embargo, y tras aguantar más de la mitad del primer tiempo a gran nivel, el capitán de Pulidos abrió el marcador con un zapatazo casi sin ángulo. Hubo gente que incluso reviso la red, pensando que había entrado por un agujero de esta. Inmediatamente el conjunto de Gabi se echó atrás, advertido de lo bien que estaba plantada la ONG, y que no podían desperdiciar la ventaja cosechada.
Dos minutos duró la situación: perdida arriba, superioridad numérica de Pulidos y disparo sin oposición desde el borde del área. Golpe a la moral de la ONG, que, dadas las circunstancias, estaba haciendo un papel más que aceptable. Se llega al descanso con 2-0, y con la mirada puesta en el estado de los de Coro.
La segunda parte parecía no tener más historia, máxime cuando el Pulidos consigue adelantarse con demasiada facilidad. Aunque la emoción volvería tras una preciosa jugada de Carlos Castro, que sale con mucha fuerza desde atrás y, tras pared con Carlitos, consigue acortar distancias y poner el 3-1. Sabiendo de la bravura de la ONG y de lo efímero que son dos goles en este deporte, cualquier cosa podía ocurrir. Y no paso a mayores, en parte por el desacierto que se mostró especialmente de cara a puerta y, en parte, por la influencia de las faltas cometidas (se llegó a las 6 faltas con unos 10 minutos por delante).
A partir del cuarto de Pulidos, ya no hubo más partido: el quinto de doble penalti, y el sexto tras un rechace afortunado que acaba en las mallas. Es difícil hacer una valoración de la actuación de la ONG, que, cuando ataco , consiguió encerrar al Pulidos, pero que, con una serie de desajustes y circunstancias externas, no pudo desarrollar todo el potencial que atesora. Un 6-1 no engañoso, pero condicionado.
Son ya tres derrotas consecutivas, por lo que, si no se quiere sufrir más de la cuenta, habrá que ponerse las pilas; ya sabemos, no somos árboles. Próximo partido ante Los Melos.
